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domingo, 17 de abril de 2011

Y una tarde de aquellas

entre los toxicos vapores de la muerte en polvo, oliendo a desarraigo y corazón de mortaja, aprisionado de la oscuridad, encontré la respuesta del silencio que nunca callé y siempre deje detrás. Quiza... es una palabra sin sentido, cuando sentido es una historia sin final.
Seguiremos persiguiendonos a través de la historia. Tú angel y yo estrella o viceversa o nada detrás.
Monte largo, que sea otra formalidad que no necesitamos, la de la silla.
El poeta vive para soñar.

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