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sábado, 24 de agosto de 2013

Salida de campamento

Nos disponíamos a abandonar el campamento. Habíamos acampando precisamente en una de las galerías de un gran centro comerciar, la cual estaba adornada con motivos navideños y parecía una pequeña villa de Santa, sólo que en lugar de casas, los duendes vivían en roperos repletos de regalos.
Ya habíamos recogido y empacado nuestro equipo y pensamos en tomar algunas de las cosas que se guardaban en los roperos como recuerdo, pero pensando mejor la cosa, preferí no tomar nada para mí, alegando que aquellas cosas tal vez pertenecieran a otros Scouts. Mi ejemplo persuadió a los demás.
Sólo quise que me tomasen una foto parado sobre un terraplén que había por allí, y crear la ilusión óptica de que yo estaba poniendo la estrella al árbol de navidad. Sin embargo, cuando intenté escalar hasta la posición para la fotografía, el decorado pareció desgarrarse y ceder a mi peso, como si el terraplén, lo roperos, la realidad entera fuese una manta pintada.
Entonces todos los que vieron aquel intento mío por escalar se ofrecieron espontáneamente a auxiliarme, cual si conquistar la cima fuese una tarea de conjunto. ¿Por qué sintieron aquél impulso súbito de objetivo común? Lo ignoro, pero lo cierto es que aquello nos pareció extraordinario y así lo expresaron:
- Esto estuvo muy fumado.
Nos veíamos a la cara unos y otros, reunidos en circulo parados sobre los restos de la escenografía. La fotografía había perdido sentido.
- ¿Fumado?
- Sí, o ¿cómo dicen ustedes cuando pasa algo así?
- Muy loco.
- Es lo mismo.
Unos loqueamos, otros fumamos, y unos más densean... jerga para definir algo más significativo que el paso de la vida.